Otra de mis pasiones, a parte de
la música, son los animales. Este año he tenido la oportunidad de visitar el
Zoo de Madrid y el Oceanográfico de Valencia, y hace un par de años pude
conocer Faunia. Por eso quiero compartir con vosotros mi experiencia en estos
lugares, y que me contéis vosotros las vuestras.
Antes de comenzar, quería decir
que la gente suele ser muy irrespetuosa en los zoológicos, ya que en todas
partes se ven carteles de “no utilizar flash” y nada, cuando vas allí nada más
que flashazos por todas partes. Eso, y lo de alimentar a los animales. Así que
por favor, desde aquí quiero pedir respeto para los animales, que ellos están
en su casa y creo que a nadie le gustaría que vinieran a cegarle en su propia
casa con las fotos.
Faunia
Empezaré por el que menos me ha gustado de los tres. No quiere decir que esté mal, sino que desde que era pequeña he ido al Zoo de Madrid y a su lado me parecía que casi no tenía animales, y que se ve muy rápido. Además, casi todas las instalaciones son de interior, y es más pesado pasear por Faunia. Pero no todo es negativo, ni mucho menos. Las instalaciones son bonitas y espaciosas, y puedes ver a los animales muy de cerca. Quizás lo que más llama la atención es donde están los monos ardilla, ya que estás metido en su instalación y te pasan por la cabeza como si estuvieras en la jungla.
No puedo añadir mucho más porque
hace tiempo que lo visité, y no recuerdo bien las cosas. Lo que sí os puedo
decir es que el animal que más me llamó la atención fue la capibara, que a mi
juicio parece algo así como un hámster mutante y da bastante repelús. Es el
roedor más grande y pesado del mundo, pudiendo llegar a pesar más de 80 kilos.
¡Increíble!
Oceanográfico de Valencia
El pasado mes de septiembre
estuve en este parque perteneciente a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Al
igual que Faunia, me parece que se visita en muy poco tiempo. En a penas una
mañana ya está todo visto. Eso sí, todo precioso. La exhibición de delfines
está muy lograda, más que la del Zoo, ya que además hacen un previo donde
permiten al público preguntar cosas sobre esos inteligentes animales. A mí una
de las cosas que más me llamó la atención fue que estos mamíferos marinos no
duermen, sino que desconectan una mitad del cerebro y la otra la mantienen
alerta. Curioso, ¿verdad?
El Oceanográfico es el mayor
acuario de toda Europa, y en sus instalaciones (casi todas también de interior
puesto que son animales marinos) alberga un túnel por el que, al pasar, te
sentirás como si estuvieras buceando. Los tiburones y los peces que los
acompañan, junto con una perfecta recreación de su ecosistema, están a tu
alrededor durante 30
metros.
Destacan las belugas, unas
pequeñas ballenas blancas con una carita muy simpática, y que suelen ser de los
principales reclamos turísticos. Sin embargo, tengo que decir que para ser de
la familia de las ballenas, te las imaginas más grandes (en mi caso y en el de
mis amigos que me acompañaron en la visita). Así que el “premio” al animal que
más me impresionó se lo lleva la morsa, que con sus enormes colmillos y su peso
de más de una tonelada creo que es impactante.
Zoo de Madrid
De los tres, para mí es el mejor.
Puedes estar todo el día y aún dejarte algo por ver, porque sus instalaciones
son inmensas. Además, si vas en un día que no haga mucho calor, el paseo es
súper agradable porque las instalaciones están al aire libre. Los animales, no obstante,
tienen también sus casas cubiertas para cuando sea necesario refugiarse.
En cuanto a exhibiciones, tengo
que decir que en mi última visita (a mediados de este octubre) dejaron un poquito que desear. La de
los delfines fue más corta que de costumbre, y el aviario estaba un poco
descuidado. Aún así, para mí merece la pena ver volar tan cerca a un cóndor, o
a un montón de aves exóticas como si de la peli de Río se tratara (de hecho, la
banda sonora de este film se utilizó para el espectáculo). Para el que no haya
estado nunca, el Zoo también tiene instalaciones de interior como son el
Acuario o Naturaleza Misteriosa (lo que viene siendo un reptiliario).
Más cosas. Si podéis aprovechar
ahora, id a ver los pandas bebés, que tienen un añito y poco y están
graciosísimos todavía, son como peluches. Yo solo los pude ver unos minutitos,
subida en un banco y metida con unas 20 personas en una instalación minúscula,
porque el resto del tiempo debían estar con los cuidadores.
Creo que el Zoo me gusta tanto
porque he ido siempre desde que era pequeña. De hecho, la foto que os dejo del
oso pardo tiene mucho significado para mí, porque es mi animal favorito de
siempre y no hay una vez que haya ido al zoo y no me haya hecho una foto con
ellos.
Como conclusión a este post, quería decir que a pesar de que hay gente que opina que los zoológicos son
malos para los animales, (entiendo que no deja de ser un sitio donde los tienen
en cautividad) los miren por el lado positivo: gracias a su labor en muchos
casos consiguen reproducir animales en peligro de extinción que, de otra forma,
no lo harían. Además, creo que también existen “programas de reinserción”, y
que algunos se crían con el objetivo de dejarlos en libertad.
Los Capibaras molan tanto... que de mayor quiero ser uno:)
ResponderEliminarNo sabría si quedarme con el Zoo o el Oceanográfico, aunque tienen cosas en común son diferentes.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en lo de tener respeto a los animales con los flashazos y demás, la gente parece olvidarlo, no se dan cuenta del daño que pueden causar a los animales.
Una cosa que me gusta mucho es ver como les alimentan y las charlas que dan sus cuidadores, son muy interesantes.