Situado a la orilla del
río Guadalquivir, justo enfrente de la Torre del Oro, se encuentra el
Restaurante Abades Triana, un lugar donde tu paladar disfrutará a la par que tu
vista. Podrás probar sabores típicos de Sevilla reinventados con un diseño
moderno y apetecible.
Lo primero que me llamó
la atención del Abades Triana fue la buena pinta que tenía su terraza, donde
más tarde nos sentaríamos a tomar un café. Al pasar al interior del local quedamos
impresionados no solo por la cuidada estética sino también por el excelente
trato del personal. Un lujazo en todos los
sentidos.
Tomamos asiento en una
mesa con vistas al Guadalquivir, y el personal se dispuso a explicar el menú.
Como sabéis (y si no, os lo cuento) tengo numerosas alergias alimentarias, por
lo que le puse el trabajo difícil al equipo de cocina… El resultado fue que
adaptaron a la perfección cada uno de los platos para que pudiera comerlos sin
riesgo para mi salud. El único que no pudieron adaptar lo cambiaron por otro
que, de paso sea dicho, se convirtió en mi favorito.
La comida comenzó con
unos aperitivos a los que nadie pudo resistirse: unas olivitas de la tierra,
jamón ibérico y un aceite de “toma pan y moja” (literalmente, estaba buenísimo
solo con pan y sal). Además, pudimos elegir entre 5 tipos de panecillos. Yo
escogí un pan blanco para tomar con el aceite y luego un pan de tomate y
orégano. Después de esto comenzó el menú propiamente dicho, que os detallo a
continuación.
Pestiño de changurro
sobre cremoso de plátano
Tranquilo, yo tampoco
sabía qué era cuando lo dijeron. Es una especie de crepe crujiente relleno de
carne de centollo desmenuzada, sobre una ligera crema de plátano. Muy suave y
ligero, ideal para comenzar el menú.
Foie de pato con membrillo
y manzana caramelizada
Este es el plato que
menos me gustó, pero simplemente porque creo que no estoy acostumbrada a este
tipo de sabores. Como veis, el plato original es más complejo y bonito que el
mío, que solo llevaba el foie, una reducción de vino tinto y mermelada de
frambuesa.
Tartar de lubina / Arroz
negro
Yo no podía comer el
tartar de lubina, así que me lo cambiaron por un arroz negro con gambas en
tempura y finos anillos de calamar. Este fue mi plato preferido, me encantó
cómo combinaban los sabores y que todo estaba en su punto. El mejor arroz negro
que he probado nunca.
Urta con cremoso de espárrago y chips de alga
Nunca había probado este pescado, también llamado pagro (no
sabía ni que existía…), y me gustó mucho. Es muy suave y tierno, estaba limpio
de raspas y se comía muy bien.
Urta con cremoso de espárrago y chips de alga
A la izquierda, la versión para alérgicos. A la derecha, el
original
Solomillo de buey con risotto de boletus y tomate seco
He de decir que fue un gran competidor a mejor plato con el
arroz negro. La carne estaba en su punto, y el risotto me pareció una
guarnición diferente y acertada.
El postre fue un combo de diversos pasteles y helado, todo muy
bien emplatado. Sin embargo, por mis alergias fue imposible probarlo, así que
amablemente me buscaron una deliciosa y bonita alternativa: yogur con dulce de
leche y melocotón confitado. ¡Mmmmmm!
A pesar de todo lo que habíamos comido, aún nos quedaba
hueco para un cafecito en la terraza, aprovechando el buen tiempo sevillano. Fue
una decisión muy acertada por parte de la empresa turística Sevilla Inside el invitarnos a comer
allí, ya que, como veis, es un lujo de restaurante en el que podéis comer
incluso si tenéis muchas alergias como yo :)
¡Menudo festín! Para lo cerca que está de Málaga, hemos visitado pocas veces Sevilla capital (siempre acabamos parando antes, en Utrera, donde vive mi familia materna) pero sin duda me apunto este restaurante para comer algún día con mis primos! ;)
ResponderEliminarSaludossss
Sí! Fue todo un festín, yo espero poder volver otra vez porque me encantó :D Un saludito
Eliminar