De los creadores de Respirando tranquilidad en Soest llega ahora… ¡Hattingen! En un principio estuve a
punto de meterlos ambos en un mismo post porque me parecían muy similares, pero
en previsión a tiempos de sequía viajera como ahora, decidí guardarlo para
tener el blog más activo. ¡No veáis cómo me alegro!
|
Una de las tranquilas y poco transitadas calles de Hattingen |
Hattingen es un pueblo situado al
noroeste de Alemania, a menos de 100 kilómetros de Köln (Colonia). Yo lo visité
el verano pasado y es un sitio tranquilo para pasear, hacer un par de compras y
volverse. No tiene demasiado que ver (en plan monumentos grandiosos y tal) pero
creo que si estás por la zona y tienes un rato, merece la pena ver Hattingen. Me
pareció un sitio
súper idílico, con sus casitas típicas, sus suelos empedrados
y sus zonas peatonales.
|
Hattingen |
Yo me alojaba en
Dortmund y este
lugar pillaba bastante cerca, así que nos fuimos allí en tren a pasar la tarde.
Para ser verano el tiempo era bastante desagradable (desagradable para mi
gusto, a quien le guste la lluvia y el cielo nublado haría buenísimo) pero al
menos no llovía como los anteriores días. Al llegar a la estación de allí sales
por un centro comercial donde te puedes entretener un buen rato: yo estuve
especialmente entretenida en una tienda de cosas de casa (que no me interesan
porque no tengo casa para ponerlas) con productos muy chulas y baratas.
|
St. Georgs-Kirche |
A lo que iba, que me distraigo.
Cuando conseguí salir de aquella tienda
me encontré con una calle que conducía
a la plaza, toda ella rodeada de casitas blancas con sus maderas que tanto me
gustan. La plaza de la iglesia es muy pequeña, iglesia que por cierto, volvía a
llamar mi atención por su torre inclinada.
|
Edificio del Antiguo Ayuntamiento |
En nuestro paseo pudimos admirar
el edificio del ayuntamiento, construido en 1576. La página de turismo de
Hattingen está en alemán y no me termino de fiar del traductor de Google, os
copio textualmente lo que pone del Rathaus: “se incluye la Galería de Arte
Municipal, se muestra en exposiciones y eventos culturales se llevan a cabo
(cabaret, conciertos de cámara, lecturas, conferencias)”. Curioso que un edificio que empezó como una carnicería acabara como
ayuntamiento y más tarde como Galería de Arte.
|
Kirchplatz |
Llegamos al centro del pueblo, al
núcleo del
altstad (casco antiguo):
la
Kirchplatz, donde se encuentra St. Georgs-Kirche,
la iglesia de San Jorge. A penas había nadie por las calles, reinaba el
silencio y cuando vi el cementerio que bordeaba la St. Georgs me dio un poco de
yuyu. Era un contraste bastante curioso, el gris de las calles y el cielo y lo
verde que estaba el césped que crecía alrededor de las lápidas. Por lo visto
este era el lugar donde antes se enterraba a todos los ciudadanos de Hattingen,
pero por temas de salud se trasladó a las afueras, quedando solo estas tumbas.
|
Hattingen |
Como os dije antes, la Iglesia de
San Jorge tiene la aguja inclinada, algo que me llama mucho la atención. De la
construcción original solo se conserva lo que es la torre, el resto se perdió
en un incendio.
En mi visita encontré por algún
lugar la escultura de un hombrecillo de hierro, que por lo visto no es el único
y está en la ciudad gracias al artista polaco Zbigniew Fraczkiewicz. Hattingen
tiene una relación especial con el hierro, porque además de estas esculturas,
encontraremos Das Bügeleisenhaus (La
Casa del Hierro), una casa que desde 1962 alberga un museo de historia local.
Museo al que por cierto no pasé, ni siquiera recuerdo haberlo visto por fuera.
A su lado, según pone en la página de la ciudad, está el punto de información turística. Y también tiene una puerta de hierro desde 2003, cortesía del
artista Ettlinger.
|
Un hombrecito de hierro de Hattingen |
Por las calles de Hattingen
estuvimos un rato más andando sin rumbo. Recuerdo ir paseando por una
callejuela cuando de repente un clarinete perturbó la tranquilidad tocando la
Sonata número 1 de Brahms :) Sí, soy una friki de la música y adoro mi instrumento, así
que me quedé un rato escuchando a aquel clarinetista misterioso que
interpretaba una bonita canción.
Y con esta canción y un par de fotos más me despido, de
momento. Ya casi había anochecido y hacía fresquete, así que cogimos el tren de
vuelta a casa. De momento vuelvo a desaparecer
un tiempo porque como soy así de rara sigo con exámenes todo el mes de julio.
Para el que me eche de menos puede leer mis post antiguos que hay unos cuantos
:) ¡Feliz verano!
Te recuerdo que me puedes seguir en Facebook, Twitter, Instagram y Youtube si no lo haces ya, y si te ha gustado el post, te animo a que lo compartas en las redes sociales.