Llegamos a Sevilla un viernes por
la noche, cansados pero hambrientos. Había que llenar el estómago tras 6 horas
de bus, así que Sevilla Inside (la
empresa anfitriona que nos había invitado allí) eligió para la cena el Restaurante Don Juan de Alemanes,
situado en la Calle Alemanes 7, con una terracita al lado de la Giralda.
El menú fue rico, variado, con productos típicos de la zona. Mis
alergias me permitieron comer casi todo, menos una hamburguesa que me cambiaron
por arroz negro, ya que la carne estaba aderezada con mostaza.
Para empezar tomamos unos dados de queso curado en aceite. Adoro
el queso, así que no diré nada más :) Seguimos con un foi recubierto con gelatina, de modo que el aspecto que presentaba
era el de un flan. Me gustó mucho, y lo acabamos en un abrir y cerrar de ojos. Y no podemos olvidarnos de las croquetas de rabo de toro, que no había probado nunca pero confieso que no me gustaron demasiado.
Otro de los platos que pudimos
probar fue un mix de pescaíto frito, en sus cartuchos,
como manda la tradición. Nos pusieron 4 tipos (disculpadme, pero no recuerdo
bien cuáles), solo sé que había cazón porque fue mi favorito, y porque fue la
primera vez que lo probé.
El plato principal era una hamburguesa, pero tanto la de carne
como la de atún estaban aderezadas con mostaza, como os he comentado, así que
me cambiaron este plato por un arroz
negro con calamar envuelto en rollitos de beicon. Estaba rico, aunque el
sabor del beicon ahí no terminaba de convencerme.
Para acabar la cena nos
descubrieron la magnífica vitrina de postres
caseros, totalmente prohibida para mí, pero que os recomiendo probar porque
tenía una pinta más que apetecible.
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