No todo el mundo tiene la
oportunidad de irse de viaje en Semana
Santa. Por eso, para aquellos que nos quedamos en Madrid pero queremos huir de la gran ciudad, os propongo una
escapada por la sierra madrileña, concretamente por la zona del Valle
Alto del Loyoza. Podéis hacer una excursión de solo un día, o bien alojaros en Rascafría para moveros desde
allí, cosa que recomiendo si pensáis hacer alguna ruta.
Monasterio del Paular visto desde el Puente del Perdón
Sea cual sea tu opción, no debes perderte el Monasterio del Paular,
una de las joyas arquitectónicas y artísticas del Valle del Paular. Este monasterio, cuyo nombre completo es Real
Monasterio de Nuestra Señora de Santa María de El Paular, fue fundado en el
siglo XIV. Hoy lo podemos conocer (previo pago de 5€ de entrada: museo + monasterio) gracias a los monjes que residen
allí, ya hace más de 60 años. De hecho, la visita por todas las salas te la
hace un monje la mar de agradable. Merece la pena pagar para conocer el lugar.
Retablo del Monasterio del Paular
La visita comienza en la iglesia, relativamente pequeña, pero presidida por un inmenso retablo hecho de alabastro con
recubrimiento de pan de oro. La autoría se le atribuye a tallistas genoveses,
aunque más tarde los expertos dictaminaron que es una obra de artistas de la
escuela burgalesa.
No dejes de mirar a todas partes: techo, suelo, paredes... Todo es impresionante.
Cúpula del Monasterio del Paular
Después de conocer un poco la historia de este magnífico
lugar, pasamos a visitar otras estancias del monasterio: la Capilla de la Inmaculada, de estilo
barroco; la Capilla de los Apóstoles,
cuyos zócalos son de cerámica de Talavera, y después pasamos al sitio que más
me impresionó: el Tabernáculo o Transparente.
Tabernáculo o Transparente del Monasterio del Paular
Lo primero que pensé al pasar allí fue… ¿por qué demonios no
sabía que esto estaba aquí? Una sala de
mármol, muy ornamentada, en cuyo punto más alto el techo llegaba hasta los 15
metros de altura. Cualquier foto que ponga no hace justicia, me resultó
imposible retratar aquel lugar. Aún así os pongo una, aunque ya os digo que no
se aprecia ni remotamente lo que allí había. De nuevo os remito a la web del monasterio para que veáis más fotos y aprendáis más de este lugar que me dejó
completamente hechizada.
Comedor del Monasterio
El listón estaba muy alto ya, y por eso, cuando después
pasamos a la Sacristía, me parecía
sobria en exceso, rozando lo desangelado. Cuando entramos en la siguiente sala,
alguien tuvo a bien comentar que allí olía a patatas con chorizo, o algo así.
Yo, con mi nariz taponada por los mocos que me suelen acompañar durante todo el
invierno, no olía nada, pero pensé que estaba un poco loco aquel señor. Pues
no, no estaba loco, yo era una prejuiciosa. Aquel señor tenía toda la razón, porque
aquella estancia era el comedor.
Aunque solo se utilizaba para ocasiones espaciales (cuando hay más de 30 monjes
congregados), la cocina debía quedar cerca, y era casi la hora de comer.
Patio del Monasterio del Paular
Por último, visitamos el Claustrillo y el Gran
Claustro, donde la exposición de
cuadros de Vicente Carducho y el museo. Es interesante visitarlo, ya que se
ven las diferentes etapas por las que ha pasado el Monasterio, y cómo estaba
antes y después de las restauraciones.
La conclusión de todo esto es que, si eres madrileño y no
has visitado este monasterio, no tienes perdón :P Tienes que ponerle remedio
cuanto antes. Tenemos verdaderas joyas a un paso de casa, solo es cuestión de
ponerse a descubrirlas :)
Ni idea de la existencia de tan precioso monasterio. Me lo apunto!
ResponderEliminarMe alegra descubrir cosas nuevas a mis lectores :) Un saludito
EliminarUn bonito monasterio digno de una visita.
ResponderEliminarSaludos.
Sin duda! No se puede dejar de visitar si vas por la zona :) Un abrazo
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