A veces, el cerebro se satura y necesita desconectar. Por eso,
en cuanto se me ha presentado ocasión, me he escapado a la sierra,
a ver la nieve y a disfrutar del aire
puro de la montaña. Esa es la historia de cómo he acabado pasando un fin de
semana en Rascafría, un pueblo de la
serranía madrileña.
La villa en sí no tiene mucho que ver, algo que ya
sospechaba antes de ir y que me confirmó la chica de la oficina de turismo
(encantadora, por cierto). Sin embargo, el entorno es absolutamente
impresionante.
Llegamos un viernes por la noche, y tuvimos la inmensa
suerte de aparcar en la misma Plaza del
Ayuntamiento, a 20 metros de nuestro alojamiento, el Hotel Rural Casa Granero. Ya os hablaré más a fondo en otro post,
de momento os digo que es buena opción de alojamiento :) Y si no, mirad las
vistas que tenía desde mi habitación, ¡casi no me apetecía ni salir!
Las vistas desde mi habitación del Hotel Rural Casa Granero
Rascafría es ideal
para pasar un fin de semana, porque es cuando más vida tiene el pueblo. Familias
que van a la montaña, grupos de amigos de picnic, parejas, colegios de
excursión (yo misma estuve allí con el cole cuando tenía 6 años). Un lugar apto para todos los públicos.
Si eres de Madrid o de los alrededores, también puede ser una opción genial
para pasar solo un día. Los planes que te propongo puedes hacerlos todos en un
mismo día, o espaciarlos y tomártelo con calma como hicimos nosotros.
Este pueblo se sitúa en el Valle Alto del Lozoya, muy próximo al Pico de Peñalara, cerca del Puerto
de Cotos. Hay multitud de senderos para hacer a pie o en bici, pero nuestro
objetivo del fin de semana era mucho más modesto: conocer el Monasterio del Paular y pasear por la
zona.
Desde Rascafría puedes
ir caminando hasta el Monasterio del Paular, hay como un par de kilómetros.
Está comunicado por un camino bueno, asfaltado, muy fácil de hacer. Para que os
hagáis a la idea, no solo estaban los típicos senderistas vestidos de pies a
cabeza de Quechua y con los palitos esos para caminar, también había familias
con sus niños paseando por allí.
Monasterio del Paular
El paseo transcurre a orillas del Lozoya, que bajaba con ganas. No era un camino muy bonito, pero es que era el más corto y nos interesaba llegar al monasterio a las 12 que empezaba la visita guiada. Hay otro camino más bonito, que es el que luego utilizamos para volver. Además, hay una tercera opción por si no te apetece caminar, y es que puedes aparcar en el mismo monasterio. La visita cuesta 5€ (combinada para toda la zona monacal y para el museo), y os la recomiendo encarecidamente. De nuevo, me dejo pendiente para otro post hablaros de este precioso lugar.
Al acabar la visita, volvimos paseando a Rascafría pero por
el camino bonito, el que sale de al lado del Puente del Perdón. Ahora sí podíamos entretenernos más, y fuimos
caminando tranquilamente por el llamado Bosque
de Finlandia, que ese día tenía un aire entre encantador y siniestro.
Subida al mirador de los Robledos, Rascafría
Otro de los lugares que no tenéis que dejaros sin ver es el Mirador de los Robledos, al que podéis
acceder por la carretera del Monasterio del Paular en dirección Cotos. El
acceso para subir en coche estaba completamente helado, por lo que aparqué en
el parking de un restaurante unos metros más delante de la entrada del mirador.
El ascenso a pie es fácil, pero si vas en esta época que está todo nevado,
debes ir bien equipado, con calzado para nieve. Desde ahí se contempla una
estupenda panorámica de la zona.
Vistas desde el mirador de los Robledos, Rascafría
Como veis, un fin de semana completito. Si queréis tener uno
parecido, podéis buscar alojamiento en Tuscasasrurales.com, que es donde lo
hice yo, y ahí elegís el que más se adapte a vuestros gustos y bolsillo.
¡Contadme! ¿Conocéis la zona? ¿Os ha gustado? Yo estoy
deseando volver para poder hacer más rutas, conocer las Presillas o la Cascada
del Purgatorio, que me han dicho que es espectacular. Bueno viajeros, ¡hasta la
próxima!
El Paular sí que lo conozco, pero lo fui a visitar en verano. Hace una temperatura super agradable para escapar de los calores que hace en Madrid en veranito!!
ResponderEliminarYo fui en verano, a bañarme a las piscinas naturales. Como cambia el paisaje en invierno con nieve! Pasastéis un bonito fin de semana! Saludos!
ResponderEliminarMe apunto entonces lo de visitarlo en verano, se tiene que estar de lujo por allí, y el paisaje tiene que ser muy bonito también. Gracias por comentar, chicas! :D
ResponderEliminarCreo que es un lugar precioso en cualquier época del año, porque yo he estado también en primavera y otoño y los colores del paisaje son espectaculares :)
ResponderEliminarBueno, pues tendré que hacer una visita en cada estación del año, para no perderme ni un detalle :D Un besito
EliminarNo se si me gusta más Rascafría con su nieve de invierno o Rascafría con sus pozas en verano. Es un destino que tiene muchas posibilidades, la verdad.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por el blog. Me encanta!