Si la semana pasada hacíamos la vía ferrata de la Hermida, este lunes te
propongo algo más calmadito: visitar la encantadora villa cántabra de Cartes.
Es un plan ideal para un día
cualquiera, ya que esta localidad de unos 2.000 habitantes luce bonita con
nubes, sol o lo que le echen. Si estás por la Santander y no te apetece ir a la
playa (o no hace tiempo), pásate por Cartes.
De trazado medieval y con arquitectura montañesa, es uno de esos rincones que adoro por su tranquilidad y belleza (¡toma rima!). No tiene grandes monumentos, pero tampoco los necesita.
Las casas de piedra, los balcones
llenos de flores y la escasez de vehículos hacen que puedas pasear por Cartes
sin preocuparte de nada, solo disfrutando del entorno. Tiene un puente del siglo XVIII y un torreón que se encontraba cerrado
cuando fuimos, pero que alberga una exposición en el interior.
Observa cada casa, cada flor, cada escudo tallado en piedra, cada recoveco de Cartes, o correrás el riesgo de perderte alguna pequeña maravilla. Como por ejemplo, una especie de capillita, la de San Roque, que si no te fijas bien no te das cuenta de su existencia.
Capilla de San Roque
En definitiva, este tipo de
pueblos me encanta, por si no lo has notado. ¿Y a ti? ¿Eres más de pueblos
tranquilos o de grandes ciudades? ¡Cuéntame!
Bonito pueblo, anotado para cuando vaya por la zona, no lo conocía. Un saludito :)
ResponderEliminarEs que parece que queda ahí eclipsado entre otros lugares de Cantabria, pero merece la pena :) Un abrazo!
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