No llevamos ni una semana de frío
¡y ya quiero calor! Por eso he decidido volver, aunque sea a través de los
recuerdos, a la Orotava, en Tenerife. ¿Te vienes conmigo al municipio con más
extensión de la isla?
Comenzaremos la visita por la Casa de los Balcones, un emblemático
edificio donde se encuentra el centro de la artesanía tradicional de La Orotava,
junto al Museo de las Alfombras de Flores y la sede de la Cofradía del Vino.
Construido hace más de tres siglos, destaca por su inmenso balcón de madera de
la tercera planta y por un bonito patio interior, también con sus
correspondientes balcones y lleno de plantas. El acceso es gratuito.
Casa de los Balcones
Interior de la Casa de los Balcones
Seguimos paseando por las calles
del municipio tinerfeño y deleitándonos con más balcones de madera, hermosamente tallados (sí, soy un poco pedante,
lo sé 😜). Llegamos a la plaza del
Ayuntamiento, bastante sencilla pero bonita con sus palmeras y flores. Otra
plaza importante es la de la Constitución,
con un quiosco muy curioso, ya que tiene un estilo neo-mudéjar que lo
diferencia de los típicos de forjado metálico que abundan por aquí por Madrid.
Plaza del Ayuntamiento
De camino a uno de los espacios
verdes de la Orotava, pasamos por el Liceo-Taoro,
un imponente edificio de principios del siglo XX. Y por fin llegamos a los Jardines Victoria, lo que más me gustó e impresionó de la ciudad.
Se construyeron por encargo de la marquesa de la Quinta Roja, está presidido
por un mausoleo vacío, ya que finalmente el hijo de la marquesa fue enterrado
en otro lugar.
Jardines Victoria
Como reza el título del post,
vamos a seguir hablando de flores (que de balcones ya hemos hablado). El Jardín Hijuela del Botánico, declarado
Bien de Interés Cultural en 2008, alberga un centenar de plantas diferentes en
sus 4.000 metros cuadrados de extensión.
Jardín Hijuela del Botánico
En la Orotava encontramos, además
de flores y balcones, varias iglesias,
todas con una estética peculiar: la Iglesia de la Concepción, la de San Juan
Bautista, la de Santo Domingo y la de San Agustín. La mayoría de ellas tienen
ese toque de ladrillo/piedra oscuro combinado con tonos claros, salvo la de San
Juan Bautista, de un deslumbrante beige. La mayoría estaban abiertas y se podía
visitar su interior de forma gratuita.
Iglesia de la Concepción
Por último, os hablaré de la Ruta de los Molinos de Agua. Desde el
siglo XVI se usaban estas maquinarias para moler el gofio, y aún hoy se
conservan diez de los doce o trece que había (dependiendo las fuentes que
consultes te dicen un número u otro). De estos diez, solamente dos funcionan
como molinos de gofio en la actualidad. Por cierto… ¡qué rico el gofio! ¿Lo has
probado?
Y con esto me despido hasta la próxima 😊 Recuerda que puedes seguir al blog a través de Facebook, Twitter, Instagram y Youtube :)
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