Gumiel de Izán es de esos sitios que te cautivan con sus calles sencillas y, si lo visitas en invierno, te recibe con olor a leña quemada y con poca gente a la vista. Esta localidad burgalesa, de poco más de 500 habitantes, merece una visita si vas por la zona.
Este pueblo fue citado por primera vez en un documento en 1042. Declarada Villa Real por Alfonso XI, cuenta con un trazado urbano medieval y llegó a estar totalmente amurallada. Además, Gumiel de Izán contaba con cinco puertas de acceso, hoy solo conservada una de ellas, el Arco de los Mesones.
Muy cerca de este arco se encuentra la Ermita de San Roque, cuya festividad se celebra el 16 de agosto. Es un edificio pequeño, según la web de la localidad “sus 28 metros de largo, por 6 o 7 metros de ancho, la hacen ser una de las más pequeñas de la región”. Cuando nosotros fuimos estaba cerrada, así que no pudimos verla en el interior.
Pero, sin duda, el gran atractivo turístico de Gumiel de Izán es la Iglesia de Santa María. Se alza, majestuosa, en la Plaza Mayor, y desde 1962 tiene el título de Bien de Interés Cultural. La iglesia alberga en su interior el museo parroquial, pero nosotros encontramos todo cerrado ese día.
Aprovechamos para dar un paseo y conocer sus calles, aunque la visita fue en enero y hacía un frío que pelaba la disfrutamos mucho. También intentamos reponer fuerzas desayunando algo en un bar, pero el único que encontramos abierto y cerca solo tenían café, nada de comer (ni siquiera un bollo de esos envasados), así que volvimos al coche para continuar el camino igual de hambrientos 😥
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Un pueblo chico pero con mucho encanto y bastante limpio gracias por pasear por sus calles
ResponderEliminarUn pueblo estupendo, desde luego. Gracias a ti por comentar :)
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