En un veraneo por Lugo decidimos cenar en el Canedo, no tanto por tener especial interés en el restaurante, sino por ser la única opción abierta esa noche cercana a nuestro alojamiento. El lugar tiene unas instalaciones muy bonitas, situado en un alto con vistas al río Miño y creo que merecería mucho más la pena para comer, ya que por la noche no se aprecia lo bonito del entorno.
La comida estaba rica, pero el sitio en general nos decepcionó. Lo primero, con la dichosa carta en QR no había quien se apañara, porque había mucha variedad y no iba muy bien. Pedimos la carta en papel y nos trajeron un papel mal impreso, como cuando la impresora se está quedando sin tinta.
Cuando por fin nos decidimos, que lo nuestro nos costó, no había una de las cosas que pedimos (media botella de vino, no recuerdo la marca). Por suerte, cuando trajeron la comida, todo estaba muy rico, pero resultó agobiante que cada dos por tres los camareros pasaran, de forma bastante intrusiva, a preguntar si todo estaba bien.
Lo que pedimos fue:
- Carpaccio con foie y queso (segunda foto).
- Bacalao a la brasa con patatas que, como era para compartir, lo pusieron directamente en dos platos, lo que fue un detalle (primera foto).
- Filloa con helado de dulce de leche.
- Tarta de queso.
En total, junto a las dos copas de vino, nos costó 57€. La calidad de la comida era buena, pero el resto no me gustó especialmente. Si has estado en este restaurante y quieres darme tu opinión, te leo en los comentarios 😉
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Es decir, que bien.
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