Patones de Arriba |
Estos fueron los únicos habitantes de Patones que vi |
Dejando a un lado esto, pasamos a la visita en sí a Patones, un pueblo o aldea en el que vi más gatos y perros que personas. Exactamente, en mi paseo, vi dos turistas y dos obreros, y gatos… Por lo menos 10 distintos. Para que os hagáis una idea del relax que se respiraba :) No puedo más que describiros el paseo, porque el pueblo es lo que tiene encanto en sí mismo. Ni monumentos ostentosos ni nada por el estilo.
Sus pequeñas calles y casas están
construidas en pizarra y piedra, con unos muros muy gruesos (en las casas
semiderruidas se aprecia la anchura de casi un metro) para proteger a sus
habitantes de las inclemencias del tiempo; hay cuestas por todas partes, y así,
entre subidas y bajadas, vas recorriendo este pueblo declarado Bien de Interés
Cultural. Actualmente es muy pequeño, pero como se aprecia en la panorámica parece
que antes tenía mucha más extensión, por todas esas ruinas.
Patones de Arriba |
Es un lugar magnífico para hacer
senderismo (de hecho, forma parte de las Sendas Verdes de Madrid): la Senda del
Genaro, que parte del Berrueco y pasa por Patones de Arriba, se puede coger en
su segunda etapa. La longitud total de la Senda del Genaro es de 70 km., aunque este segundo
tramo que va desde Patones al Atazar “solo” son 15,6 kilómetros,
con una duración aproximada de 5 horas. Ahora que me he comprado unas botas
nuevas y adecuadas para estas cosas, quizás me haga este camino.
Panorámica de Patones de Arriba. A la izquierda, las casas que quedan. A la derecha, ruinas del pueblo |
En la parte de abajo del pueblo
(no sé describirlo mejor), donde comienza la ruta de la que os he hablado, hay
también un riachuelo que puedes seguir hasta llegar a un puente –ese que os
puse en twitter- que os devuelve a Patones de Arriba.
Con esto, salvo que hagamos
alguna de las sendas o investiguemos la carretera/camino cercana al parking, ya
hemos visto todo. Mencionaré que está el Ecomuseo de la pizarra al aire libre,
es decir, dos sencillos itinerarios señalizados con paneles informativos y que
comienzan en el Centro de Iniciativas Turísticas, Educativas y de Ocio (el
CITECO, en la entrada del pueblo), con sede en la antigua Iglesia de San José.
Los amantes del deporte, a parte
del senderismo pueden ir un poco más allá de Patones, hasta la Presa del Pontón
de la Oliva, donde hay un peñasco donde se hace escalada. Por lo que estoy
leyendo en internet lo califican como “la zona de escalada sobre roca caliza
(calcoarenita) más conocida y concurrida de los alrededores de Madrid y probablemente
de toda la zona centro”.
Y para acabar el post sobre este
pueblo tan encantador, con un ambiente rural ideal, os dejaré lo que ponía en
un cartel de una de las casas patoneras. ¡Qué curioso!
"El Rey de los Patones reinó
durante el mandato del Rey de toda España Carlos III y con sentimiento durante
la invasión napoleónica del año 1808. Fue el único pueblo de España que por
estar oculto en esta inaccesible sierra, se libró de los invasores franceses”
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Me encanta la foto del perro y el gato!! Ya había oído que a Patones no se puede ir en fin de semana de la de gente que hay. Así que habrá que tomar ejemplo e ir un día de entre semana como tú.
ResponderEliminarSaludos