¡Hola
viajeros!
Puede
que no os acordéis, pero en algún momento de mi vida os estaba contando el
viaje que hice en verano de 2013 por Cantabria :) Bien, ya queda poco para que
se acaben los relatos, pero antes os tengo que mostrar algún que otro sitio
más.
En este
caso nos transportamos a San Vicente de
la Barquera, en la costa occidental cántabra. Si cierro los ojos y pienso
en esta ciudad, me viene a la cabeza el color azul. Azul de su mar, azul del
cielo que nos acompañó ese día. Azul.
Ese día
habíamos visitado la Cueva del Soplao
(totalmente recomendada), y después de pasar unas horas sumidos en la
oscuridad, queríamos pasear y ver el sol. No fue fácil, ya que aparcar el coche
nos resultó complicado y nos desesperábamos por momentos. Al final encontramos
un huequecito en la zona de la Avenida Miramar.
Lo
primero que hicimos fue comer en el Restaurante Costamar (no me gustó
demasiado, ya os hablaré de él cuando empiece con la gastronomía). Después, teniendo en cuenta que había un castillo… Ver el castillo
:) Por desgracia solo lo pudimos ver por fuera, ya que estaba cerrado. La
fortaleza, construida en el siglo XIII y XIV, abre de 10 a 14h. y de 17 a 21h.,
y a nosotros nos pilló en la franja de 14 a 17 :( El precio es de 1,40 para los adultos, ¡una
ganga! Espero poder pasar algún día. ¿Vosotros habéis estado?
Las
murallas también se conservan, así que dimos un paseo por ellas y luego pasamos
a la Iglesia de Nuestra Señora de los
Ángeles, que costaba 1,5€. En su interior podemos ver el sepulcro del
inquisidor Antonio del Corro, que no sé por qué pero no tengo foto… A la salida,
bajamos por la Calle Alta y pasamos por la puerta del Ayuntamiento, un edificio
mandado construir por el señor del Corro para acoger a los enfermos de la
época.
Después
recorrimos las calles, disfrutamos del olor del mar y de las vistas de su
patrimonio desde el Puente de la Barquera, y volvimos al coche.
Aún nos
quedaba por ver el Santuario de la
Barquera, pero había que caminar un buen trecho (y el doble si queríamos
volver al coche desde allí), así que por eso volvimos para ir cómodamente motorizados
hasta allí. Este santuario, de origen medieval, alberga en su interior a la
Virgen de la Barquera. Citando la web de turismo de San Vicente (que es que me
ha gustado):
“Según la leyenda llegó a este lugar en un
lejano "martes de Pascua florido", a bordo de una pequeña
embarcación, sin tripulación, ni velas, ni remeros, la cual durante siglos hizo
el milagro de señalar la dirección del viento futuro a los marineros”.
Merece
la pena darse un paseo por la zona, ya que además de este bonito y acogedor
santuario, está el rompeolas y el faro por allí.
¿Qué os
ha parecido San Vicente de la Barquera? ¿Lo conocéis? ¿Os ha parecido que es
azul, como a mí? :) Dejadme vuestras impresiones en forma de comentario, ¡hasta
pronto viajeros!
San Vicente me encantó, sobre todo los alrededores, con esa preciosa ría.
ResponderEliminarHace relativamente poco subi al blog una entrada de San Vicente de la Barquera, me encantó en pueblo y sus alrededores, precioso. Me encantan tus fotos. Un saludito.
ResponderEliminar- Verónica: sí! A mí también me gustó mucho :D Volvería otra vez a visitarlo
ResponderEliminar- Caliope: cierto! me acuerdo de la entrada. Me alegra que te encanten las fotos ^^
Gracias por vuestros comentarios chicas!
A mí me gustó mucho este pueblecito, aunque tampoco entré al castillo.
ResponderEliminarMuy bonitas las fotos, sobre todo la del Santuario de la Barquera.
Un beso.
Tendremos que pasar a ver qué tal está por dentro. Un besito!
Eliminar