La Cueva del Viento: en las tripas de un volcán

Como no era suficiente el hecho de haber caminado unos 15 km. en la ruta Arenas Negras-Chinyero, nos fuimos a ver la Cueva del Viento, situada en Icod de los Vinos (municipio tinerfeño del que os hablaré próximamente).

La ruta Arenas Negras-Chinyero pensábamos que nos llevaría menos tiempo del que nos llevó, y mi novio había reservado horario para ver la Cueva del Viento y casi era la hora. Consecuencia: el último tramo de la ruta lo hicimos corriendo… Por si fuera poco esto de llegar con la lengua fuera, resulta que la visita la habíamos reservado era alemán (si no era así nos quedábamos sin verla), así que por delante teníamos la perspectiva de estar varias horas paseando por una cueva, oyendo su historia sin enterarnos de nada. Vale, está bien, al final la cosa no fue tan mal. El guía era encantador y nos iba resumiendo en español todo lo que decía en alemán.

 Y ahora, los datos prácticos. Si quieres visitar la Cueva del Viento, puedes comprar la entrada por internet (precio: 16€). El centro de visitantes se encuentra en la calle Los Piquetes nº 51, en Icod de los Vinos. Desde ahí sale la excursión, la empresa se encarga de llevarte hasta la cueva en sus coches.

¿Qué tiene de peculiar esta cueva? Es la 5ª cueva más larga de origen volcánico en el mundo, después de las de Hawái (el guía bromeaba, "no sé cuántas más hay, a lo mejor solo hay 6 y este ranking es absurdo") . Hace más de 2.000 años los habitantes de la isla ya sabían de su existencia, aunque el tubo de lava del que procede data de hace 27.000 años (¡guau!).

Lava solidificada

Este fue el primer contacto que tuve con la lava, y aprendí que no toda es igual. ¿Sabéis que hay una que se llama "pahoe-hoe" y otra "AA"? Yo no tenía ni idea. Bien, la lava pahoe-hoe es la que se queda más lisa al solidificarse, y la AA es aquella que se queda irregular (la de la foto). Precisamente, se llama "AA" porque es lo que dices al pisarla, cuando te haces daño en los pies :)

Lava AA

Dentro de la Cueva del Viento (llamada así por las corrientes de aire que se crean con el contraste de temperatura entre interior y exterior) se pueden hacer fotos, pero solo te permiten llevar la cámara, no la mochila o el bolso, eso has de dejarlo en las taquillas. Antes de pasar te dan un casco con un frontal para iluminar el camino, pero aquí no te proporcionan mono o ropa adicional, así que ve preparado con algo cómodo y abrigado, porque abajo hace frío.

El interior de la cueva no es tan impresionante como por ejemplo, la Cueva del Soplao en Cantabria (las excéntricas son muy llamativas), pero sí merece la pena por la curiosidad de ver cómo se ha formado la cavidad al antojo del camino de la lava del volcán Pico Viejo, dando lugar a numerosos laberintos, muchos aún hoy sin explorar.

En definitiva, es una cueva que recomiendo a todo el mundo: es una visita sencilla, no hace falta estar en forma, y se puede ir con niños. Según nos dijeron, hay un tramo donde se puede hacer espeleología (siempre bajo supervisión, no por libre), así que si os va eso podéis informaros en la web de la Cueva del Viento.

¿Qué os ha parecido? ¿Habéis estado? ¡Contadme vuestra experiencia! Os recuerdo que podéis seguirme en las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram y Youtube) y este mes también podéis escucharme en la radio :D ¡Nos leemos!