Está situado en el Paseo del
General Martínez Campos 37, a 10 minutos caminando desde la estación de Renfe y
Metro de Nuevos Ministerios. Aunque
la zona en sí no me parece bonita, puedes aprovechar para ver también el Museo de Ciencias Naturales, que pilla
muy cerquita, o el estadio Santiago
Bernabéu.
El museo abre todos los días
menos el lunes, y para horarios y tarifas te recomiendo que consultes la web,
ya que ahí verás la información actualizada. A mí la entrada no me costó nada porque
me la regalaban con el seguro de coche, pero la general son 3€.
Cuando visitamos el Museo Sorolla no visitamos cualquier lugar: nos estamos adentrando en la morada del pintor valenciano, con predilección a plasmar su tierra llena de luminosidad en sus pinturas.
Cuando visitamos el Museo Sorolla no visitamos cualquier lugar: nos estamos adentrando en la morada del pintor valenciano, con predilección a plasmar su tierra llena de luminosidad en sus pinturas.
Comenzamos la visita, que será cómoda y fácil de entender aunque no tengas
audioguía, ya que en cada estancia hay unas hojas que puedes coger (luego hay
que devolverlas) donde van explicándote los cuadros y los objetos que hay en la
habitación.
El jardín que precede a la casa es de estilo andaluz, una auténtica preciosidad. Del mismo estilo es el patio interior, que aportaba luz a varias estancias de la casa. En una de las galerías encontramos diversas piezas cerámicas, la mayoría de ellas de Talavera de la Reina.
El jardín que precede a la casa es de estilo andaluz, una auténtica preciosidad. Del mismo estilo es el patio interior, que aportaba luz a varias estancias de la casa. En una de las galerías encontramos diversas piezas cerámicas, la mayoría de ellas de Talavera de la Reina.
Después del jardín y de la zona
de la cerámica, pasamos a las primeras salas, tres grandes habitaciones que hacían
de estudio a Sorolla. La Sala I era
el taller y almacén de marcos y lienzos; la Sala II era el despacho; la
Sala III era el estudio propiamente dicho. Esta última fue mi favorita, ya
que era una delicia de mezcla de muebles de época, cuadros y utensilios de
pintura que le daban un toque muy bohemio a la sala.
La segunda planta de la casa, donde estaban los dormitorios y las
salas dedicadas a la vida familiar, acoge ahora las exposiciones temporales del museo. La que yo vi era una muestra fotográfica
de la vida de Sorolla, pero en breve cambiará. Por último, podemos visitar el
salón, el comedor y el antecomedor, muy contrastantes con el resto de la casa
por tener pavimento de mármol y colores más claros.
El museo me sorprendió gratamente. No había estado nunca y creo que merece la pena, porque es una forma diferente de ver la obra de un artista, ya que estamos en su propia casa. Puedes imaginarte a Sorolla pintando en el estudio, justo ahí, a tu lado. Ver la mesa del comedor e imaginarlo comiendo junto a su esposa Clotilde, a la que idolatraba (es la protagonista de muchas de sus pinturas). Se hace más cálido ver los cuadros en ese ambiente que en las salas de un museo normal.
Como ya te dije por Twitter: me encanta este museo :)
ResponderEliminarComo a tí, también me gusta que sea en la que fue la casa del artista.
No te pierdas mi viaje de carretera por Arizona, o lo voy contando en el blog día a día! Un abrazo!