¿Qué es lo primero que se os
viene a la cabeza si digo Santoña?
Debe ser que yo tengo fijación con la comida (como con las berenjenas de
Almagro) porque a mí… ¡me recuerda a las anchoas!
Dejando a un lado las anchoas,
vamos a ver qué más hay en la villa marinera de Santoña. Para empezar, si
vienes desde Laredo vas contemplando las marismas
a los lados de la carretera. Esto es un parque
natural que abarca unas 4.000 hectáreas y donde podemos observar unas 120
especies animales, aves en su mayoría. Yo solo lo vi de paso en el coche, por
lo que no pude apreciar esta diversidad animal.
Llegamos al pueblo y aparcamos al
lado del puerto. El Paseo de los
Salazoneros Italianos es el
camino que discurre al lado del puerto y donde hay un mirador muy chulo
construido como si fuera la proa de un barco. En uno de los extremos del paseo
está la plaza de toros (inaugurada
en 1907), que tampoco me llamó excesivamente la atención.
Cogimos de nuevo el coche y
fuimos hacia la zona de playa. Por ahí era más difícil aparcar pero lo conseguimos.
Intenté encontrar la oficina de turismo
pero no lo conseguí, no venía muy bien indicada en los carteles y a la gente
que pregunté no me supo decir. Así que fuimos dando un paseo a ver qué
descubríamos.
Así llegamos al Monte Buciero, donde hay unas cuantas
sendas para hacer. Nosotros optamos por subir al Fuerte de San Martín. Esta fortaleza fue construida en el siglo
XVII, o al menos la primera mención es de ese siglo. Después ha sido
reconstruido en varias ocasiones y ahora se conserva bastante bien. Es posible
pasear por caminos del fuerte y por el interior, e imaginar los ataques que se
planeaban y/o evitaban desde allí.
El Fuerte de San Martín no es el
único que se conserva en Santoña: también está el de San Carlos (el más antiguo de la localidad) y el de Napoleón, cuya construcción fue
dirigida por el mismísimo emperador francés. Los tres fuertes ostentan el
título de Bien de Interés Cultural.
En la subida por el fuerte de San
Martín encontramos una virgen en lo alto de la montaña. Con unos 10 metros de
altura se alza imponente una estatua de la Virgen del Puerto, patrona de la ciudad. A
ella se la dedica el 7 de septiembre una procesión por la villa santoñesa.
Esta es la parte más “natural” de
Santoña. Pero si sois más de ver monumentos también tenéis alguno. Por ejemplo el Palacio del Duque de Santoña, un
edificio del siglo XIX que no vi y donde en su interior se encuentra (¡tachán!)
la Oficina de
Turismo. Otro Palacio es el de los Marqueses
de Chiloeches, un par de siglos más antiguo que el del Duque y que fue
hospital militar durante la guerra civil.
Antes de acabar mi post sobre
esta localidad cántabra os contaré una curiosidad. ¿Sabíais que el primer
hombre que realizó un mapamundi es
de Santoña? Pues sí, se llama Juan de la Cosa y en 1500 dibujó
sobre un pergamino la representación más antigua que hoy se conserva del
continente americano.
Con esto y un bizcocho, hasta
otro día a las ocho. Espero que no pase tanto tiempo entre post y post que os
echo de menos.
Santoña no lo conozco, pero sí que vino a la mente las anchoas en cuánto leí el título de la entrada jeje. Parece chulo!
ResponderEliminarEs que las anchoas... Mmmmm! Ricas ricas! jejeje. Un saludo!
EliminarHe estado muchisimas veces en Santoña y adoro las anchoas...
ResponderEliminarUn saludo,
Trini
http://yoadoroviajar.blogspot.com
Yo tenía en casa y no compré más, pero me daban ganas de llevarme tooodos los botes que veía. Un saludo!
EliminarEstuve hace un par de años en Santoña, y creo que tú has visto más que yo y eso que no encontraste la oficina de turismo,
ResponderEliminarjejejeje
Jejeje pues mira que me quedaron cosas por ver... Habrá que volver con un buen planning! Un saludo!
EliminarEsta vez sí me he acordado de las anchoas (lo de las berenjenas ni idea). Nunca he estado en Santoña, así que me anoto la info que nos das para cuando vaya por allí, que seguro que iré. Un saludito!!
ResponderEliminarEspero que te sirva de algo mi post :) Un saludo para ti también!
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