22 mayo 2017

Allá donde comienza el Ebro

Una de las cosas que ha entrado en mi top-ten de planes en Cantabria es visitar el nacimiento del Ebro. Bueno, bonito y gratuito. Tan solo tienes que ir a Fontibre, llevar ropa cómoda y calzado deportivo o de trekking.
 
 
Nosotros fuimos por la mañana temprano, porque el parking que hay es pequeño (y gratis), y antes de pasear por los senderos que acompañan al Ebro en su camino, entramos a la oficina de turismo -te lo recomiendo, por esa zona hay mucho que ver- y al centro de interpretación del nacimiento. Allí la simpatiquísima Telma nos explicó un montón de cosas interesantes, como que, en realidad la Fuentona de Fontibre (así se llama lo que conocemos como nacimiento del Ebro) es solo a medias el comienzo del río.
 
Hidrológicamente, el Ebro nace en las faldas del Pico Tres Mares, donde recoge las aguas del deshielo del Alto Campoo; también bebe de otro río, el Híjar, pero ubicamos el surgimiento del Ebro en Fontibre porque es donde el flujo de aguas es constante. A lo largo de la historia, estas aguas han sido usadas para cuatro cosas fundamentales: el transporte, el regadío, el consumo humano y la industria. Salimos del centro de interpretación un poco más sabios y pusimos rumbo al sendero GR 99, que sigue los pasos del Ebro.
  • NOTA: el camino está adaptado para personas con movilidad reducida.

 
El nacimiento es muy bonito, con unas rocas y una columna con una virgen encima, y un pequeñísimo santuario excavado en las rocas que alberga una talla de la Virgen del Pilar. Puedes pasear a la vera del río y contemplar los patos e incluso algún animalito más que sale del bosque (nosotros vimos por ahí correr algo que parecía un hurón), lo que hace que el paseo sea aún más especial.
 

 
A mí estos lugares así, que rebosan tranquilidad, me fascinan. ¡Estaría dando paseos por allí todos los días! Para colmo, el atractivo de la zona aumenta porque hay una pequeña cascada. Aunque no soy de salir en las fotos que pongo en el blog, os dejo una aquí para que veáis de una forma más realista la caída de la cascada.
 
Hasta aquí el post del nacimiento del Ebro, que nada tiene que envidiarle al nacimiento del Danubio (de hecho, el del Danubio no me gustó). ¿Qué te ha parecido? ¿Lo conocías? Si te ha gustado el post, te invito a seguirme en las redes sociales para no perderte ninguna novedad del blog:  FacebookTwitterInstagram y Youtube y a compartirlo ↓ 😉

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