Coronando la Colina de Fourvière se encuentra, imponente, la basílica del mismo nombre. Cualquiera diría que vigila la ciudad desde lo alto, aunque creo que más bien es la ciudad la que la vigila a ella.
Hace años estuve de paso por Lyon, y podría decirse que solo
recuerdo aquella luminosa iglesia que veía a lo lejos desde el río Saona, y que
era de esos sitios que te llaman tanto la atención que dices “aquí tengo que
volver”. Sabes a lo que me refiero, ¿verdad? Este verano tuve la suerte de
volver, y mi principal objetivo era entrar a la Basílica de Notre Dame de
Fourvière, un lugar mágico y que sin duda debes visitar si estas por allí.
La gran sorpresa que me dio aquel sitio fue que entrar era
gratuito. Sacamos un bono de metro del día (puedes leer más sobre cómo moverse por Lyon aquí), ya que para llegar hasta allí podías hacerlo bien
andando bien en funicular. Nosotras elegimos la segunda opción, ya que era
agosto y el calor apretaba.
Antes de entrar al templo ya me resultó impresionante, no
solo por lo bonito que es por fuera, sino por las magníficas vistas de Lyon que
puedes contemplar desde sus miradores. Disfruta de ellas.
Una vez en el interior, tuvimos la suerte (o la mala suerte)
de escuchar cómo afinaban el órgano, lo que hizo que la visita estuviera
amenizada por una suerte de sonidos que, más tarde, harían que aquel
instrumento sonara de maravilla. Si no quieres oír ningún sonido/ruido, puedes
descargarte en fourviere.org/en/audioguide la audioguía para tu teléfono.
Construida a finales del siglo XIX, la iconografía que nos
acompaña por dentro y fuera de la basílica es la victoria del Bien contra el
Mal. El edificio está dedicado a la
Virgen María, tiene un estilo bizantino, gótico y románico, y sus cuatro torres
(de 48 metros de alto) representan las cuatro virtudes cardinales: templanza,
prudencia, fuerza y justicia. Aparte de la iglesia principal, tiene una capilla
donde hoy se exponen vírgenes de diversos lugares del mundo.
En el exterior, además de disfrutar de la bonita portada de
la basílica y de los miradores, hay tienda y aseos gratuitos (maravilloso para
gente meona como yo).
Y si quieres explorar un poco más, en los alrededores se
encuentra la “Torre Eiffel” de Lyon, que no es otra cosa que una antena de
radio y televisión que tiene un aire a la torre parisina diseñada por Gustav
Eiffel. Realmente fue diseñada por Eugène Collonge con motivo de la Exposición
Universal de Lyon de 1894.
Sin duda, Notre Dame de Fourvière es un lugar singular, de
esos que no me importaría visitar una y mil veces si tuviera la oportunidad. El
paseo hasta allí arriba, en días que no sean calurosos, tiene que ser una
gozada, ya que la zona está llena de miradores y vegetación.
Y tú, ¿has estado alguna vez? ¡Cuéntame! Te recuerdo que me puedes seguir en Facebook, Twitter, Instagram y Youtube si no lo haces ya, y si te ha gustado el post, te animo a que lo compartas en las redes sociales.
Es maravillosa!!! Y menudas vistas
ResponderEliminarDesde luego :) Una preciosidad.
EliminarSaluditos