Becerril de Campos (Palencia)

11 noviembre 2023

Becerril de Campos es una localidad de Palencia a la que el destino nos llevó. Y digo el destino porque, tras casi un año para gastar una noche de hotel que le regalé a mi chico, nos iba a caducar, y era el único lugar disponible 😁 Lo cierto es que la elección resultó inmejorable: un lugar tranquilo de menos de mil habitantes donde pasar un fin de semana de descanso, pero a su vez con bastantes cosas que ver sin necesidad de depender del coche ni tener prisa.

Iglesia de Santa Eugenia

La única pega (y la pongo ya para que nadie se la salte por escribirla al final) fue el tema de la restauración. En el Hotel Sanmartina, donde nos alojamos, ofrecían una cata de vinos con algo de picar, pero por mis alergias lo declinamos, prefiriendo buscarnos la cena por nuestra cuenta.

Ayuntamiento (la plaza estaba en obras 😓)

Vimos que había poca cosa para elegir, pero algo había. Sin embargo, los 2 restaurantes del pueblo estaban cerrados (en sábado por la noche) y en los dos bares restantes no había casi nada de comida, además de aperitivos. Suerte que en la Behetría nos sacaron algo de embutido, queso y un par de pinchitos de tortilla y nos salvó la noche. El bar tenía muy buen ambiente, y resultó un sitio agradable para degustar la improvisada cena.

Ruinas de San Miguel

Al margen de eso, Becerril de Campos ofrece a los visitantes un amplio patrimonio, declarado Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico en 2004. También fue elegido "Pueblo más bonito de España" por votación popular en Viajestic.

Torre mudéjar de San Martín

Para mí, esta localidad palentina tiene dos sitios muy especiales que no puedes perderte si vas por allí o, incluso, si estás por los alrededores. El primero es San Pedro Cultural, un ejemplo de cómo darle una segunda vida a una antigua iglesia románica (la Iglesia de San Pedro) de forma muy original. La entrada general cuesta 5€ (recomiendo la visita guiada) y en su interior puedes disfrutar de diferentes elementos relacionados con la astronomía, incluyendo un Péndulo de Foucault.

San Pedro Cultural

El segundo lugar que no debes dejar de visitar es la Iglesia Museo de Santa María. Su precio son 6€, pero infórmate bien antes, ya que forma parte del Museo Territorial Campos del Renacimiento y si visitas varias sedes hay descuento. La Iglesia es impresionante por dentro y por fuera, ya que nos recibe un pórtico con grandes columnas -sobre todo, las centrales-, de fuste liso y capitel jónico; dentro, encontramos un museo con gran valor histórico y artístico, y una llamativa decoración policromada con motivos animales, humanos y fantásticos en la parte baja del coro.

Iglesia de Santa María

Además de las iglesias ya mencionadas pueden visitarse por fuera la de San Miguel, Santa Eugenia o la torre de la Iglesia de San Martín, esta última de estilo mudéjar. Otros monumentos que posee Becerril de Campos son la Puerta de Santa María, que es un vestigio de la muralla de la villa o el Ayuntamiento. Te recomiendo encarecidamente que te tomes la molestia de rodear el edificio, construido a principios del siglo XX y de leer los refranes que hay encima de las ventanas.

Puerta de Santa María

Becerril también es ideal para pasear. Un camino muy bonito es el que va paralelo al Canal de Castilla, que ahora está precioso con los colores otoñales. El otro paseo que puedes hacer es hasta el emblemático Humilladero, monumento que actualmente forma parte del escudo de la villa.

Canal de Castilla

Humilladero

En definitiva, un lugar ideal para desconectar y descansar del bullicio y el ajetreo del día a día en las grandes ciudades, ¿no crees? 😇

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Castillo de San Vicente de Argüeso (Cantabria)

07 octubre 2023

En lo alto de una colina del sur de Cantabria, se halla este castillo que comenzó a construirse en el siglo XIII. Se levanta sobre la antigua ermita de San Vicente, de la que toma el nombre, y se sigue modificando y añadiendo partes a la fortaleza hasta el siglo XV.

Desde 1983 es Bien de Interés Cultural, pero hasta 1999 no fue abierto al público. En 1988 comenzó su restauración, a cargo de la familia Sobaler, para salvarlo del estado en el que estaba; junto a la ayuda de artesanos locales, rehabilitaron esta imponente fortaleza.

Tomás Sobaler no ha llegado a celebrar el 35 aniversario de su restauración, ya que falleció el pasado 2018, pero el legado que dejó es indiscutible. Miles de viajeros visitan el Castillo de Argüeso (cuya entrada cuesta 3€ y puede adquirirse online), que acoge exposiciones, conciertos o conferencias, entre otros eventos.

Creo que al castillo solo se puede acceder en coche, no hay transporte público (si me equivoco, perdonadme y corregidme, por favor), pero es una excursión que bien vale la pena. Recorrer sus estancias, con suelos y techos de castaño y roble, es una auténtica gozada y, además, es de los pocos castillos cántabros que pueden visitarse por dentro.

Sé que el post es cortito, pero lo cierto es que ya hace años que lo visité, y copiar y pegar datos históricos de otras webs no es mi estilo. Prefiero dar unas pinceladas y animar a los viajeros a visitarlo.

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Bilbao: conociendo la tierra de mi nombre

24 septiembre 2023

“¿Te llamas Arantxa? ¿Eres vasca?” es una de las preguntas que llevo oyendo toda la vida. Sí, me llamo Arantxa, pero no soy vasca. De hecho, no conocí el País Vasco hasta el verano de mis 29 años.

Era un caluroso día de mediados de agosto, y coincidiendo con la Semana Grande, llegamos a Bilbao. Como era de esperar, nos costó bastante aparcar (siempre que puedas, usa el transporte público para llegar hasta las ciudades grandes). El ambiente era genial, con konpartsak (comparsas) por la calle amenizando la fiesta. Había casetas para comer y beber, y ese característico olor a vino y cerveza pisado tras una larga noche.

Parque Doña Casilda Iturrizar

Una de las cosas que más me gustan en las ciudades que tienen río es recorrer sus márgenes, pasear cruzando sus puentes y disfrutar del reflejo del sol en el agua. La Ría de Bilbao, también conocida como ría del Ibaizabal o la ría del Nervión, fue la vía principal de transporte náutico. Hoy puedes recorrer a pie sus orillas o bien dar un paseo en un barco turístico. Nosotros optamos por el paseo a pie, y así pudimos ir haciendo las paradas oportunas.

Nosotros nos recorrimos la Gran Vía de Don Diego desde la Plaza del Sagrado Corazón, y más o menos el recorrido que seguimos fue el que detallo a continuación. Para empezar, atravesamos el Parque de Doña Casilda Iturrizar, de estilo romántico y francés, que ese día estaba lleno de actividades, sobre todo infantiles, por las fiestas.

Visitamos la Iglesia del Sagrado Corazón (gratis), obra de José María Basterra. A finales del s. XX se desmontaron los dos pináculos originales de las torres de la iglesia por el peligro de desprendimiento.

Pintxos en el Mercado de la Ribera

Nos desviamos hacia el Mercado de la Ribera, a ver si comíamos algo. A mí, personalmente, me encanta ir a los mercados de las ciudades que visito, y este de Bilbao me parece de visita imprescindible. Tienen un ambiente muy peculiar, auténtico, y además tiene mucha oferta gastronómica. A finales del siglo XIX el mercado ya tenía una estructura y los comerciantes tenían que pasar un control de calidad para pescado, leche y carne. En 1929 se inauguró un primer edificio, aunque el que vemos hoy es de 2012.

Cruzamos el Puente del Arenal, que nos lleva al casco histórico. Por el camino hay multitud de edificios que no voy a mencionar, porque quedaría esto como una lista de la compra, pero te recomiendo que no pierdas ojo de todo lo que dejas a tu paso. El casco histórico se conoce también como las Siete Calles, y está declarado Monumento Histórico-Artístico.

Museo Vasco

Otro de los puntos fuertes es el Museo Vasco, situado en lo que fue Iglesia y Colegio San Andrés de la Compañía de Jesús. Por solo 3€ (entrada general) puedes conocer más la historia de la zona. Me pareció un museo muy completo al que se debe dedicar al menos un par de horas para ver bien las tres plantas que tiene.

  • ATENCIÓN: a fecha de septiembre de 2023, está cerrado por reforma.

Basílica de Begoña

Después de perdernos un rato por las calles, nos decidimos a subir a la Basílica de Begoña, un templo gótico situado en lo alto de la colina (hay que subir unos 300 escalones) al que se le conoce como la Amatxu. Como curiosidad, la basílica tiene en su torre 24 campanas que pueden tocar hasta 7 melodías. La entrada es gratuita.

Bilbao desde el Monte Artxanda

Para la siguiente subida ya cogimos el Funicular de Artxanda (tarifa general de ida y vuelta 4,3€), cuyo ascenso dura unos 3 minutos y te lleva hasta un parque centenario que, además, es uno de los pulmones de la ciudad. Una vez arriba puedes dar un agradable paseo y disfrutar de unas vistas impresionantes de Bilbao.

Museo Guggenheim

Y no podíamos irnos de Bilbao sin ver la zona del Guggenheim, preciosa al lado de la ría. No pasamos al museo, pero lo dejo en tareas pendientes para futuros viajes. Y tú, ¿has estado en Bilbao? ¿Qué me recomiendas si vuelvo?

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Arévalo, la villa de las dos caras

27 agosto 2023

Volviendo de un viaje por Galicia, tras haber visto unas fotos que nos llamaron la atención, decidimos parar en Arévalo. De eso hace ya un año, y, por circunstancias, he tenido que volver varias veces a esta localidad abulense en la que, cada vez, descubro algo nuevo que me enamora.

Plaza de la Villa, con Santa María la Mayor al fondo

La cara uno de Arévalo (que es, dicho sea de paso, la segunda localidad con más población después de la capital) es la que se maquilla de ciudad nueva, con bares, supermercados, bloques de pisos y tráfico. La cara dos, por el contrario, es esa sin gota de maquillaje, natural, que conserva la esencia en sus casitas de pueblo, el ambiente tranquilo y la belleza simple de su Plaza de Villa.

Castillo de Arévalo

Pero no nos engañemos. Como las personas, maquilladas o sin maquillar, Arévalo se funde en una sola, y a 1h15 de Madrid si vas por peaje (sí, mido todo desde Madrid porque vivo allí) ofrece un enorme atractivo turístico. Te cuento qué puedes hacer allí para que me creas 😄 Puedes entrar por la zona del Castillo, ya que atraviesas el Puente de Medina y ves el arco del mismo nombre. Por allí posiblemente no haya problemas de aparcamiento, y puedes recorrer el pueblo a pie.

Fachada del Palacio Ballesteros

Si vas a visitar el Castillo de Arévalo, debes saber que solo abre viernes, sábados, domingos y festivos (consúltalo siempre antes, esta información puede quedar desactualizada). Yo, de momento, no he podido pasar al interior, es una de mis tareas pendientes para el futuro próximo. En la misma avenida del castillo está la Bodega del Arriero, del siglo XVI y que se ha restaurado hace poco y puede ser visitada, aunque nosotros no la hemos pillado abierta aún.

Iglesia de San Martín en la Plaza de la Villa

Piérdete por las calles, y, cuando te apetezca encontrarte, ve hasta la Plaza de la Villa. Allí vas a estar bastante rato, ya que se trata de un conjunto monumental de gran belleza. Además de la propia plaza, que es bonita por sí misma, ¿qué más puedes ver allí?

  • La Iglesia de Santa María la Mayor, un edificio de finales del siglo XVII, de estilo mudéjar.
  • El Museo de Historia de Arévalo, situado en la antigua Casa de los Sexmos, donde puedes conocer más sobre la localidad.
  • El Centro de Actividades del Mudéjar, construido en la antigua vivienda del escritor Nicasio Hernández Luquero.
  • La Iglesia de San Martín es un vestigio románico de la localidad abulense, convertido ahora en Collegium, un centro de exposición, educación, investigación y experimentación en arte contemporáneo.

Una vez visto todo lo que hay en la Plaza de la Villa, que no es poco, puedes bajar hasta la Plaza del Real, donde se encuentra el templete de la música, el Ayuntamiento y el arco que da acceso a otras de las plazas principales, la del Arrabal. En este arco, llamado Arco del Alcocer o Puerta del Arrabal, se encuentra la oficina de turismo.

Plaza del Real, en las fiestas del 7 de julio

La Plaza del Arrabal rompe con todo lo visto hasta ahora, que correspondía con esa parte tranquila y pueblerina (en el buen sentido de la palabra, que nadie se ofenda). El bullicio de la gente y el tráfico inundan este rincón de la ciudad, que también aloja una de las muchas iglesias de Arévalo, la de Santo Domingo de Silos. En su interior están los patrones de la ciudad: San Vitorino y la Virgen de las Angustias.

Más iglesias, ermitas y encantos te (nos) esperan en Arévalo, esa villa bañada por el Adaja y el Arevalillo que nos sorprendió un caluroso día de verano y sigue haciéndolo cada vez que vamos.

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Dónde ver huellas de dinosaurios en Soria

30 julio 2023

 

Hace 140 millones de años, los dinosaurios paseaban por tierras sorianas, dejando unas huellas que podemos ver hoy en día. La Ruta de las Icnitas consta de varios itinerarios, y el que hoy te traigo aquí es el correspondiente con la ruta oeste. ¡Comenzamos!

  • Consejo: las icnitas se encuentran en lugares sin sombra generalmente. Llévate un gorro y protección solar, sea la estación que sea te vendrá bien protegerte del sol.
Yacimiento de Fuentesalvo

FUENTESALVO

La primera parada recomendada es Villar del Río. Antes de llegar, si vienes de Soria capital por la carretera comarcal SO-115, encontrarás el Yacimiento de Fuentesalvo, con huellas de un herbívoro mediano. 🚩Cuidado, porque está al borde de la carretera y es muy fácil pasárselo; nosotros lo encontramos de casualidad.

Una calle de Villar del Río

VILLAR DEL RÍO

Villar del Río es un pueblo muy bonito de unos 160 habitantes, y en él se encuentra el Aula Paleontológica. En la entrada del edificio hay una réplica de un iguanodón con su cría, además de una zona recreativa para niños. Allí nos explicaron muy bien los itinerarios que había, cómo estaban señalizados y cómo seguirlos. También nos recomendaron, con buen criterio, llevar nuestra propia comida y comer en un merendero en Santa Cruz de Yanguas (recomendado, sino es difícil comer).

Aula Paleontológica de Villar del Río

El aula es un centro de recepción de visitantes donde se puede aprender más sobre estas huellas fósiles, unos restos indirectos de los dinosaurios -los directos serían, por ejemplo, los huesos- que dan indicios de la actividad que tenían.

Yacimiento Fuente Lacorte, Bretún

BRETÚN

Después de Villar del Río, nosotros visitamos Yanguas, al margen de la Ruta de las Icnitas. Pero lo más lógico, si solo quieres ver los yacimientos, es continuar hacia Bretún, donde hay varias opciones:

A pie de carretera, antes de entrar al pueblo, está La Matecasa, con huellas de dinosaurios terópodos y una réplica de un triceratops. Dentro del pueblo también hay un yacimiento (El Corral de la Peña) pero este decidimos no verlo y continuar con otros.

Fuente Lacorte y El Frontal están en la carretera de Bretún hacia Santa Cruz de Yanguas. Paramos el coche en un apartado de la carretera, como bien pudimos, y cruzamos a ver el de Fuente Lacorte, que era el más cercano y, además, contaba con una réplica. Es un yacimiento bastante extenso, merece la pena dar un paseo por allí y contemplar todas las huellas. Como hacía mucho calor, no nos animamos a subir hasta el Frontal.

SANTA CRUZ DE YANGUAS

El último destino de nuestra ruta era Santa Cruz de Yanguas, donde además pararíamos a comer. Siguiendo las indicaciones de la chica del Aula Paleontológica, atravesamos el pueblo (con el coche) hasta que parece que ya te sales, y es entonces cuando un simpático estegosaurio te da la bienvenida al yacimiento de Santa Cruz.

Desde allí ya se contempla el parque de Valdarcel con el merendero, donde paramos a comer unos bocadillos a la sombra. Después, con la tripa llena, vimos el yacimiento de Los Tormos y el puente romano bajo el que pasa el río Baos.

¿Qué te ha parecido esta ruta? ¿La has hecho alguna vez? ¡Cuéntame! Te recuerdo que me puedes seguir en  FacebookTwitterInstagram y Youtube si no lo haces ya, y si te ha gustado el post, te animo a que lo compartas en las redes sociales.

Qué ver en Ponferrada en 1 día

06 julio 2023

La capital de la Comarca del Bierzo, cuyo castillo es Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional desde 1924, es un lugar ideal para pasar un fin de semana de verano.

Nosotros nos alojamos en el Hotel Nirvana (50€ la noche, dos personas, en agosto), un sitio modesto desde donde podías llegar caminando al centro en unos 15 minutos. Un punto a favor es que encontramos aparcamiento gratuito al lado del hotel.
Hotel Nirvana, habitación doble

Antes de entrar al castillo dimos un paseo por el casco histórico. Comenzamos por la Iglesia de San Andrés, de origen medieval, que solo pudimos admirar por fuera. Donde sí pasamos fue a la Basílica de la Encina, una iglesia renacentista cuyo nombre proviene de una leyenda: en ella se cuenta que, tras desaparecer la talla de la Virgen, apareció siglos después en el interior de una encina.

Basílica de la Encina, desde el Castillo Templario

A pesar de ser agosto, hacía una temperatura bastante agradable que invitaba a pasear, por lo que Proseguimos la visita hacia la Torre del Reloj, admirando cada calle por la que pasábamos. La torre está construida sobre un arco de la única puerta de la antigua muralla medieval conservada actualmente, y da acceso a la Plaza del Ayuntamiento. Antes de volver a la zona del castillo, hicimos una parada en el Museo del Bierzo (la entrada general ronda los 3€), donde se exponen piezas de la zona desde el Paleolítico hasta nuestros días.

Al fondo, la Torre del Reloj

Ahora sí. Llegaba el momento de visitar el Castillo de los Templarios. La entrada general nos costó 6€, aunque recuerda mirar los precios de las tarifas reducidas si eres estudiante o desempleado, entre otros. La fortaleza me gustó mucho, ya que puedes recorrerla con bastante libertad y subir por la muralla, las torres, etc. También se puede visitar una exposición y la biblioteca. La visita nos llevó aproximadamente 1h30.



Regresamos al hotel, nos duchamos y, para cenar, lo hicimos en el Restaurante Brasería las Muxas, que nos gustó mucho. Si quieres ver más de este restaurante, tengo un post sobre él. Nos dejamos sin ver el Museo de la Radio, y alguna cosita más que no nos dio tiempo, ya que solo estuvimos un día. ¿Qué más me recomiendas si vuelvo?

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ALOJAMIENTOS: Villa Ridente (Sicilia)

18 junio 2023

Normalmente, las reseñas de hoteles las hago en otro formato, intentando ser lo más objetiva posible y valorando cada parte del alojamiento, pero hoy voy a contar la experiencia que vivimos en Villa Ridente, en Giogiosa Marea (Sicilia).

En 2021 teníamos una boda en Sicilia que se celebraba en este idílico complejo (o eso pensamos entonces). Con su playa privada, tiendas, restaurantes, espectáculos… Todo pintaba fenomenal. Sin embargo, nos encontramos que, después de llegar agotados del viaje sobre las 19 o 20h., después de hacer el check-in, no había sitio para cenar ya en ningún restaurante. Tampoco estaban abiertas las tiendas (ni en ese momento, ni nunca, como descubrimos después) por lo que comprar algo para comer en el apartamento quedaba descartado.

¿La solución? Ir a buscar comida al pueblo o pedir a domicilio. Hicimos un primer intento de ir a por pizzas, pero no había buena cobertura GPS y nos perdimos. Si a eso le sumamos que ya era de noche y no nos sentíamos seguros conduciendo por esas carreteras (que además de malas, la gente conocía y conducía de forma terriblemente temeraria), hicieron que nos volviéramos al apartamento.

Intentamos pedir comida por teléfono, pero tampoco fue viable. Lo mismo que nos pasaba a nosotros debía pasarle a los repartidores, que no se movían de la pizzería a no ser que hiciéramos un pedido muy grande (no recuerdo cuánto, pero lo mismo 20 pizzas, que no era factible). Finalmente, esa noche “cenamos” gracias a la caridad del bar de copas, que nos pusieron unos trozos de fuet y unas patatas de bolsa. Las habitaciones tampoco eran muy allá, al menos las de los apartamentos donde estuvimos nosotros. Bastante precarias en todos los aspectos, pero al menos estaban limpias y pudimos descansar.

Al día siguiente hicimos compra en el supermercado del pueblo, algo que te recomiendo que hagas antes e ir a Villa Ridente, y reservamos para cenar en un restaurante para asegurarnos no repetir la experiencia pasada. La cena estuvo muy rica, pero a la hora de pagar tuvimos problemas porque pedimos pagar por separado y fueron bastante desagradables, poniendo muchas pegas y siendo bastante maleducados.

La boda sí fue preciosa, la comida estaba muy rica y las vistas (las de la foto de arriba) bien merecían la pena, pero por lo demás, para mí el complejo de Villa Ridente prometía ser un paraíso y al final, salvo por las preciosas vistas que tenía la zona, fue un absoluto chasco. No lo recomendaría.

Me encantaría saber tu opinión si has estado en este alojamiento. ¿Me la cuentas? Te recuerdo que me puedes seguir en  FacebookTwitterInstagram y Youtube si no lo haces ya, y si te ha gustado el post, te animo a que lo compartas en las redes sociales.